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  • Foto del escritorLucía Vaquero Díaz

Pautas y consejos para ayudar al neurodesarrollo del bebé



El neurodesarrollo consiste en una secuencia ordenada de cambios que se dan en el sistema nervioso durante el ciclo de la vida, dando lugar a la adquisición de nuevas habilidades funcionales. Estos cambios son el resultado de la interacción de procesos en el que participan variables biológicas y ambientales.

 

La neuropsicología del desarrollo se compone de tres dimensiones diferenciadas, siendo estas la dimensión neurológica, la dimensión cognitiva y la dimensión psicosocial. La primera refiere a los procesos madurativos que concluyen en el dominio tanto intelectual como conductual del niño; la segunda a la forma de adquisición de dominios cognitivos como la percepción, la atención y el lenguaje, entre otros; y la última, que consiste en la interacción del bebé con su ambiente familiar, social y cultural.

La estimulación temprana busca el fortalecimiento de las habilidades cerebrales del niño, a través del empleo de actividades lúdicas, ejercicio físico, técnicas de tipo educativo y diversas estrategias. Con todo ello, se persigue el logro de un correcto desarrollo tanto cognitivo como emocional. Esta estimulación es fundamental en la primera infancia, ya que en esta se da un período en el que existen una elevada cantidad de conexiones neuronales. A su vez, es una etapa que se caracteriza por el desarrollo de las funciones básicas para el futuro del niño.

 

La reconocida plasticidad cerebral es otra de las razones nucleares por las que estimular el neurodesarrollo del bebé. Este se refiere a la habilidad de formar nuevas conexiones (sinapsis) entre las células nerviosas (neuronas), respondiendo a diferentes estímulos. Esta capacidad es mayormente elevada entre los 0 a los 3 años, ya que la actividad cerebral en este periodo se duplica ante la de un adulto.

 

Es de vital importancia conocer que, en el caso de que el tejido nervioso se dañe, las neuronas mueren, imposibilitando la capacidad de estas para regenerarse. No obstante, si se realiza una estimulación adecuada, se promueve la plasticidad cerebral, conduciendo así al logro de nuevas sinapsis.

 

De esa manera, en este artículo se tratará de dar pautas y consejos sencillos para estimular el neurodesarrollo del bebe, a través de rutinas diarias.

 

Primeramente, el baño del bebé es un ejemplo de rutina que se repite prácticamente a diario. Es posible ayudar al neurodesarrollo a través del empleo de esponjas de diferentes texturas, y aplicándolas en distintas partes del cuerpo, trabajando así la conciencia corporal del bebé. El empleo de juguetes en este momento es también muy enriquecedor, pues el niño podrá experimentar la caída del agua, los goteos, etc. El momento después del baño puede emplearse para realizar un masaje corporal con las propias manos. Todos estos momentos son óptimos para favorecer la conciencia corporal y propioceptiva.

 

En el cambio de pañales, se podrá trabajar la estimulación y el seguimiento visual, con objetos que sean atractivos para el bebé (juguetes coloridos, sonajeros…). Es, a su vez, un momento óptimo para trabajar la comunicación a través del seguimiento de la mirada o vocalizando lentamente las palabras.

 

Las comidas son también parte de la rutina, donde hay que velar porque sea un momento agradable, exento de pantallas. Mediante la integración de comidas con distintas texturas, sabores u olores, se podrá trabajar la sensibilidad y la tolerancia del niño, empleando a su vez utensilios de distintos materiales (metal o silicona).



Mediante actividades como el juego podemos continuar con el potenciamiento de su neurodesarrollo. El empleo de juguetes caseros como las bolsas de tela con semillas calentables, o bolsas de zip para rellenar con gelatina; son juegos fáciles y que estimulan el tacto y la sensibilidad. Además, se podría estimular la audición y la visión con botellas sensoriales, o el tacto mediante cajas rellenas con objetos de distintas texturas.

 

Todo lo que refiere al juego son maneras de potenciar la motricidad, que no es más que la capacidad del bebé para generar movimientos o desplazarse. Dejar al alcance juguetes que promuevan el gateo o el andar, como por ejemplo andadores, estimulará más específicamente la motricidad gruesa. Los juguetes más estáticos, como un cuento o unos cubos de construcción, fomentará la motricidad fina, promoviendo el sostener el libro o los cubos, o señalando las imágenes que le llamen la atención.

 

Usar canciones infantiles y cantarlas con ellos, estimulará el contacto visual y la conciencia corporal. De entre las canciones infantiles, existen algunas que cuentan con gestos con el cuerpo, y que además repiten palabras que incitan el aprendizaje de vocabulario.

 

La lectura de cuentos a los bebés es muy favorable para fomentar los aspectos cognitivos, comunicativos y del lenguaje.

 

Dentro del contexto del neurodesarrollo, preceden al lenguaje ciertas habilidades prelingüísticas e intereses por la comunicación. En este momento, la interacción con sus padres es fundamental, pudiendo hacer uso de ciertas rutinas diarias para potenciar su máximo desarrollo, promoviendo el interés del bebe en el aprendizaje de la comunicación. Exponer al bebé al lenguaje, demostrándole la utilidad, es fundamental para su desarrollo.

 

Para finalizar, se comentarán a continuación ciertos signos que pueden indicar un posible retraso en el desarrollo del bebé, con el objetivo de que, al detectarlos, se puede acudir a un profesional. Ejemplo de estos signos podrían ser un retraso en el desarrollo motor, como en el control de la cabeza y del cuello; alteraciones sensoriales, como la ignorancia ante estímulos visuales llamativos; y dificultades en el lenguaje, observando que no balbucea o emite sonidos a la edad correspondiente.

 

A causa de la importancia que presenta la etapa vital de los 0 a los 3 años en lo que respecta al neurodesarrollo, es fundamental conocer prácticas sencillas de estimulación como las propuestas en este artículo. Es importante tener presentes, a su vez, los signos que indican un posible retraso en el desarrollo, acudiendo así a tiempo a la consulta de un profesional.

 

 

 

Referencias bibliográficas:

 

Förstera, J., & López, I. (2022). Neurodesarrollo humano: un proceso de cambio continuo de un sistema abierto y sensible al contexto. Revista Médica Clínica Las Condes, 33(4), 338-346

 

Gallego Marín, M. A. (2019). La importancia de la estimulación adecuada durante el neurodesarrollo en la primera infancia. Revista Senderos Pedagógicos, 10(10), 103-120. https://doi.org/10.53995/21458243.9471

 

Anderson, L. W., & Krathwohl, D. R. (2001). A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom’s taxonomy of educational objectives. New York: Longman1.

 

Institut Guttmann. (2020). Pautas y consejos para ayudar al neurodesarrollo de los bebés. Recuperado el 20 de abril de 2024, de Institut Guttmann1

 

ALLEVIARE. (s.f.). ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y SU IMPACTO EN EL NEURODESARROLLO. Recuperado el 26 de abril de 2024, de ALLEVIARE.

 

 

Almudena Postigo Camps

Psicóloga

 

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