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  • Foto del escritorEsther García Lanzas

El cerebro adolescente: una mente en construcción

Actualizado: 5 jun 2023



Psicoterapeuta: “María (15 años) si pudieras obtener 3 deseos en la vida, ¿cuáles serían?”

María: “me gustaría estar más contenta y que me comprendieran, cambiar mi comportamiento porque me lleva a discutir con mi madre, tener una mejor relación con ella y obtener mejores calificaciones en el cole”


Si eres padre de familia, profesora o de una edad similar a María, ¿te son familiares estas palabras o problemas?, ¿las has escuchado o sentido en alguna ocasión?, ¿lo has vivido o presenciado, pero no llegas a comprenderlas?. Puede que al seguir leyendo logres comprender el cerebro adolescente, sus cambios, factores de riesgo, sus beneficios y alternativas para que la adolescencia logre ser una ventana de oportunidades.


La adolescencia

La adolescencia es una etapa en la que todo individuo se expone a cambios biológicos, cognitivos y conductuales, la cual inicia a partir de los 10 años y culmina aproximadamente a los 25. Todo estímulo presentado durante esta etapa son procesados por un organismo inmaduro y el impacto de estos, puede influir en el trayecto madurativo de la persona dando lugar a la vulnerabilidad, pero también a una oportunidad.


La idea de pensar que el desarrollo cerebral tiene lugar fundamentalmente en la infancia y que este es definido durante la pubertad, ha dado un giro. Estudios recientes han demostrado que la corteza prefrontal experimenta cambios significativos durante la adolescencia, siendo esta un área fundamental en dicha etapa. Pero antes, es importante comprender algunas de sus funciones como son: el control de impulsos, planificación, toma de decisiones, anticipación del futuro, control atencional, capacidad para realizar varias tareas a la vez, organización temporal de la conducta, sentido de responsabilidad hacia sí mismo y los demás.


¿Qué ocurre a nivel cerebral durante la adolescencia?

Durante la adolescencia hay un aumento de materia gris (cuerpos neuronales) en la corteza prefrontal dando lugar a “períodos sensitivos” para ciertos tipos de aprendizajes; como las habilidades emocionales y sociales que dependen de los lóbulos frontales. Entre la adolescencia media y tardía, las personas se ven afectadas ante la disminución de conexiones neuronales al ser eliminadas un sustancial número de sinapsis. Sin embargo, estas son más homogéneas, fuertes y eficaces al mostrar un afinamiento de conexiones, causando un aumento en la eficiencia del procesamiento cognoscitivo y permitiendo la emergencia de patrones madurativos de funcionamiento cerebral. Esta función favorece al adolescente a poder organizar sus circuitos y mejorar sus procesos de pensamiento.

Por otro lado, se caracteriza por ser un momento de integración ante el aumento de materia blanca. Estas son fibras nerviosas que conectan diferentes partes del cerebro, en el que a través del proceso de mielinización se logra incrementar 100 veces la velocidad de transmisión de la información, contribuyendo a la impulsividad. Pero también supone una ampliación de la eficacia del sistema cerebral, influyendo en que la persona mejore en procesar información nueva. Se logra evidenciar en un haz de fibras nerviosas, cuerpo calloso y axones que conectan los dos hemisferios del cerebro y en donde también hay un aumento en su grosor, lo que ayuda en la comunicación de ambos.


Ante estos cambios significativos y al observar una dificultad para seleccionar información relevante o inhibir conductas impulsivas, la neurología indica que a esta edad no han madurado algunas funciones ejecutivas para la toma de decisiones. La mejora en la conexión entre la corteza orbito frontal y estructuras límbicas como la amígdala, el hipocampo y el núcleo caudado, conlleva un avance en el control cognitivo y la inhibición de emociones y conductas, ayudando así a la disminución de la impulsividad propia de la adolescencia. Es por esto que, la autorregulación conductual que dependía de un córtex prefrontal inmaduro se espera que, en la adultez, la responsabilidad de control sea más eficaz.


Factores de riesgo

Durante la adolescencia los jóvenes cometen decisiones incorrectas al basarse en sus emociones, en lugar de tomarlas a base de lógica y previsión, y esto es causa de los cambios en la materia gris y blanca de la amígdala y de la corteza prefrontal, atribuyendo a factores de riesgo.


“El cannabis es la sustancia ilegal más consumida, tanto en España como en el resto de países y está considerado entre los estudiantes europeos como la más fácil de conseguir, con una clara tendencia ascendente. Alrededor de un tercio de los estudiantes de ESPAD 2019 (32%) consideran que el cannabis es fácil de obtener, dato que aumenta al 41% entre los adolescentes españoles.”


Pero ¿por qué estas cifras durante la adolescencia? A lo largo de esta etapa existe una mayor activación del circuito mesolímbico, que está relacionado con el placer y recompensa. Este circuito utiliza la dopamina (placer) como principal neurotransmisor y es activado ante actividades recompensantes como sexo, comida o el consumo de drogas. El mismo provoca una liberación de dopamina en el núcleo accumbens que genera sensación de placer y motiva a la repetición de dichas actividades. En la adolescencia hay una menor liberación de dopamina en el sistema mesolímbico, llevando a los adolescentes a buscar recompensas y sensaciones mayores e implicarse en conductas más arriesgadas para compensar el déficit dopaminérgico.


Madre de María: El comportamiento de María ha empeorado en casa y en el colegio. Siempre está a la defensiva, discutimos a menudo, reprocha cualquier comportamiento y desafía a las autoridades constantemente”


Esta respuesta disociada por parte de María, como de muchos adolescentes, se debe a la desconexión de áreas cerebrales, provocando actuar de forma impulsiva y emocional, no racional. Como consecuencia, en una situación de mucho riesgo en el que la evitación o huida sería eficaz, se demoran en razonamientos difusos que impiden una actuación asertiva. Por lo anterior, ante el déficit de regulación prefrontal tienden a responder de una manera a la que se le denomina “agresividad reactiva”, la cual se ve provocada por un suceso frustrante o amenazante que implicaría un ataque furioso o no planificado.


¿Qué se puede hacer para favorecer el desarrollo de la corteza prefrontal?


Aunque no haya evidencia, se entiende que un entorno enriquecido y actividades estimulantes en las que se pone en práctica estrategias de planificación y toma de decisiones pueden ser importantes. Como también el papel afectivo y apoyo parental, siendo el contacto físico un papel fundamental en la adolescencia. Se ha comprobado que el contacto físico entre madre e hijo libera oxitocina y dopamina y, considerando que la dopamina juega un papel importante en la corteza prefrontal, este mecanismo mediante una parentalidad afectuosa contribuye al desarrollo de las funciones ejecutivas y de comportamiento esperado. Por otro lado, considerando que el sueño es un factor determinante en la neuroplasticidad cerebral y que la melatonina (hormona del sueño) aumenta durante la noche y disminuyen por la mañana, y para evitar mayor dificultad de prestar atención, aumentar la impulsividad o el riesgo en un aumento de irritabilidad o depresión, se recomienda no consumir nicotina o cafeína por la tarde, encender las luces una vez se haya despertado y procurar no dormir con dispositivos electrónicos encendidos.


Algunas otras actividades que se pueden realizar para ejercitar funciones ejecutivas y favorecer el desarrollo de la corteza prefrontal son:

- Deporte al tener beneficios en la atención focalizada, ayuda a la mejora en la toma de decisiones y flexibilidad.

- El Mindfulness ayuda a disminuir el estrés y a mejorar la reacción emocional, al ser menos impulsiva y más asertiva.

- A través de la música se trabaja en la memoria de trabajo, atención selectiva, flexibilidad e inhibición cognitiva.

- Al estar implicado en una obra de teatro, se logra ejercitar la memoria de trabajo, trabajar en habilidades de organización y planificación.


Para terminar: La adolescencia como una ventana de oportunidades

Los adolescentes tienden a reorientar su atención y prominencia hacia las corrientes de procesamiento de información social y emocional. Esto conduce a una flexibilidad neuronal que mejora el aprendizaje en dos ámbitos específicos, primero al estar más motivados en participar en el aprendizaje relacionado a lo social y sus relaciones; teniendo mayor interés en participar en roles sociales y segundo, en aprender sobre sí mismo y encontrar un lugar en las jerarquías sociales. Por otro lado, se observa un aumento en habilidades de procesamiento de la información, el hipocampo crea nuevas dendritas y sinapsis que provoca un aumento en la memoria a corto plazo y memoria episódica. Esta capacidad ayuda a establecer modos de operación que se basan en experiencia y que estarán disponibles en la edad adulta, provocando una ampliación en las capacidades para resolver problemas, razonar, planificar, lograr obtener un aumento en el control atencional e inhibición de respuesta.

Esta maduración cognitiva se asocia con la emergencia de las redes neuronales que apoyan a las estrategias eficientes para lograr llevar a cabo tareas cognitivas concretas. Evidencias han mostrado que durante la adolescencia la neuroplasticidad se amplía, dando la última oportunidad al cerebro de ser “moldeado” antes de llegar a la adultez. Debemos comenzar a ver la adolescencia, no como una etapa conflictiva, arriesgada o complicada, sino más bien como una etapa evolutiva, llena de oportunidades para aprender y crecer.


Cecilia González-Campo Bonifasi

Psicóloga General Sanitaria

Referencias:

Oliva, A. L. (2014). Cambios en el cerebro adolescente y conductas agresivas y de asunción de riesgos Changes in the adolescent brain and aggressive and risk-taking behaviours. Sevilla: Researchgate.

Marina, J. A. (2014). Bases neurológicas del nuevo paradigma adolescente. España : Revista del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.

Unicef. (2017). United Nations Children’s Fund. Obtenido de The Adolescent Brain: A second window of opportunity: https://www.unicef-irc.org/publications/pdf/adolescent_brain_a_second_window_of_opportunity_a_compendium.pdf

Center of the Developing Child University of Harvard. (2022). Executive Function Activities for Adolescents. Obtenido de University of Harvard: https://46y5eh11fhgw3ve3ytpwxt9r-wpengine.netdna-ssl.com/wp-content/uploads/2015/05/Activities-for-Adolescents.pdf


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